La Malaquita es una “piedra de transformación”, su espíritu
aventurero te ayudará en los momentos de cambios, te impulsará a asumir
riesgos y te dará la información sagrada que te lleva a tu evolución
espiritual. Muestra sin rodeos lo que nos impide el crecimiento, rompe vínculos no deseados, conceptos trasnochados y nos impulsa a lo nuevo.
Es una de las gemas mas antiguas usadas por diferentes civilizaciones
por sus propiedades sanadoras y transformadoras. Las personalidades
destacadas de Egipto la prefería por su excepcional poder: los
hallazgos arqueológicos de ropas de faraones casi siempre incluyen
incrustaciones de Malaquita.
Ella clarifica y activa todos los chakras y puede estimular
eficientemente el del corazón y el de la garganta. Es una piedra
excelente para sacar a flote todas las emociones reprimidas,
reconocerlas y liberarlas. Es de especial ayuda para ayudarnos a ver lo
que no queremos ver.
Libera las inhibiciones y nos ayuda a expresar lo que sentimos, al
tiempo que desarrolla la empatía hacia los demás haciéndonos ver cómo
nos sentiríamos si estuviéramos en su lugar. Alivia la timidez; resulta
muy útil para sanar problemas psicosexuales, en especial cuando se
deben experimentar experiencias traumáticas de vidas pasadas. Favorece
el proceso de renacimiento.
Debido a su color verde, la malaquita es, junto al jaspe sanguíneo,una de las piedras curativas por excelencia,pero a diferencia de este, ejerce su influencia en forma más general por lo que conviene acompañarla de una piedra que oriente sus fuertes propiedades terapéuticas. Sus vetas siempre cambiantes constituyen un símbolo de evolución y creatividad, por lo que usada sola actúa sobre el sistema nervioso, como armonizadora de los desequilibrios emocionales.
En meditación combinada con sus incondicionales aliadas, la crisocola y la azurita, permiten alcanzar altos niveles de concentración, pero despues de cada sesión es necesario limpiarla cuidadosamente, ya que su poder de absorción de energias negativas es demasiado elevado.
Para más información La Magia de los cristales de Robert Garrret
Debido a su color verde, la malaquita es, junto al jaspe sanguíneo,una de las piedras curativas por excelencia,pero a diferencia de este, ejerce su influencia en forma más general por lo que conviene acompañarla de una piedra que oriente sus fuertes propiedades terapéuticas. Sus vetas siempre cambiantes constituyen un símbolo de evolución y creatividad, por lo que usada sola actúa sobre el sistema nervioso, como armonizadora de los desequilibrios emocionales.
En meditación combinada con sus incondicionales aliadas, la crisocola y la azurita, permiten alcanzar altos niveles de concentración, pero despues de cada sesión es necesario limpiarla cuidadosamente, ya que su poder de absorción de energias negativas es demasiado elevado.
Para más información La Magia de los cristales de Robert Garrret
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