miércoles, 18 de mayo de 2016

La aventurina. La piedra de la eternidad



Guardiana de los secretos del tiempo. Esta piedra es muy poco habitual, pero muy poderosa. Debido a su tono verdoso, con tantos matices como los de la propia vegetación, los indios sudamericanos creían que en ella estaban contenidos los dioses y las entidades del bosque. La Aventurina, que representa al propio movimiento del Universo, es una fábrica de energías telúricas, transmitiendo a su portador las suaves vibraciones del mundo vegetal.


Cuando tiramos una piedra a un lago vemos como, alrededor del punto en el que cayó, se expanden unas ondas esféricas. Esta es la alegoría con la que los Maestros enseñaban a sus discípulos lo que era el Universo. La Nada era el reposo absoluto del SER. En el vacío apareció un punto: era el inicio del mundo de la manifestación. El punto estalló, de él surgió el Universo, y, de su centro se esparcieron las galaxias. Al igual que los latidos del corazón o que la respiración, el Universo es un eterno movimiento de expansión y contracción. Se abre, para luego cerrarse y volver a abrirse nuevamente. Este movimiento es el mismo que el de los impulsos vibratorios de la Aventurina y, por ello, esta piedra está considerada como el símbolo de la eternidad.

Según la Tradición, la Aventurina actúa "oxigenando" nuestros cuerpos sutiles y retirando las impurezas del aura y del mental inferior.

Es una piedra semi-lunar. Por ello durante el día actúa con la energía solar inyectándonos vitalidad y durante la noche, sufre la influencia de la luna, expulsando de nosotros las impurezas y transmitiéndonos intuición y sensibilidad. Como " piedra de la eternidad" este cristal nos ayuda a no tener miedo del tiempo ni de la vejez. Nos transmite serenidad y paciencia, pues sabe que el tiempo no es más que una ilusión y, con gran delicadeza, nos hace sentir su sabiduría y la más profunda paz.

Para más información:
La biblia de los cristales
El poder de los cuarzos





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